miércoles, 24 de octubre de 2012

Guía del autoestopista galáctico

Un jueves a la hora de comer, la Tierra es inesperadamente demolida para poder construir una nueva autopista hiperespacial. Arthur Dent, un tipo de lo más corriente que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Pero, desgraciadamente, el fin de semana no ha hecho más que empezar, y la galaxia es un lugar extraño y sorprendente. Arthur huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas que fue Presidente de la Galaxia, en la nave del cual conocerá al resto de personajes que lo acompañarán a lo largo de su periplo espacial: un androide paranoide y una terrícola que, como él, ha logrado escapar. Gracias a esta ineludible aventura, Dent descubrirá muchas cosas acerca de la existencia, pero tal como aconseja la Guía del autoestopista galáctico, que no cunda el pánico.

Guía del autoestopista galáctico nos cuenta como una mañana aparentemente tranquila  el protagonista de la novela intenta por todos los medios posibles que no derriben su casa para que construyan una carretera y, acaba embarcado en una aventura galáctica formando equipo con un grupo variopinto y de diferentes razas de la galaxia.
 Guía del autoestopista galáctico es una novela de ciencia ficción de baratillo (casi de serie B) con algunos toques de genialidad (que un libro escrito en el año 1979 describa tan bien un E-reader años antes de que se inventarán da fe de la gran imaginación del autor) y grandes dosis de humor. Humor de lo más absurdo y corrosivo propio de los gags de los geniales Monty Python. Y humor también (de éste menos) repleto de sarcasmo y hasta políticamente incorrecto, eso sí, escondido todo con metáforas sobre otros planetas y otros seres.
Personajes dispares y con personalidades contrarias (aunque algo simples) que crean situaciones divertidas. Diálogos de besugos, muchas veces sin el menor sentido, que sacan alguna que otra carcajada al lector. Chistes que rozan el más absoluto frikismo y que sólo con un poco (bastante) de conocimientos en física se pueden pillar (por cierto, muy buenos).
La historia en sí no es gran cosa y tal como transcurre va decayendo, llegando a un final precipitado y soso que no es más que un continuará que enlaza con el siguiente número de la trilogía de cinco libros (un cachondo el autor).
Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams es un libro corto pero entretenido sobre el fin del mundo y sobre las grandes preguntas de la humanidad, todo en clave de humor, que engancha al principio pero aburre casi al final. Pero aún así quedan ganas de seguir leyendo el siguiente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inserta tu opinión aquí...